La historia del Arca de Noé la podemos encuadrar dentro del relato del diluvio universal, que encontramos en el primer libro de la Santa Biblia, el Génesis. Fue un relato legendario escrito por un autor anónimo durante el exilio que vivió el pueblo de Israel en Babilonia en el siglo VI a.C. Debido a la influencia del entorno el escritor tomó prestados elementos de la tradición mesopotámica,
Recreación del Diluvio Universal en la Capilla Sixtina
La historia del Diluvio Universal con el Arca de Noé pretendía ser un "borrón y cuenta nueva" por parte de Dios, dando lugar a una segunda creación. Esto se debe a que el creador no estaba satisfecho con su obra, sobre todo con el mal. La narración del Diluvio escenifica la decisión divina de acabar con todo y volver al punto de partida inicial, mostrando sus dos rostros: destructor (mandando el diluvio y acabando con la vida de millones de seres), y un segundo rostro compasivo (ofreciendo una segunda oportunidad a la humanidad con Noé y su familia). Por lo tanto la repoblación sería a ojos del autor la mejor forma de subsanar la situación.
Precedentes
En primer lugar nunca una inundación a sumergido toda la Tierra, pero en las culturas antiguas son comunes los mitos, sagas y epopeyas en las que grandes riadas determinan su historia. La historia del Arca de Noé es una más de los numerosos relatos que circulaban por esos tiempos y que compartían una estructura común. En primer lugar, un dios o varios desencadenan un diluvio que lo destruye todo, y un hombre justo advertido de antemano, construye una nave con la que salva a su familia, y una vez pasado el cataclismo repueblan la tierra. La inmensa mayoría de estos relatos los podemos situar entre el Tigris y el Éufrates, dos grandes ríos caracterizados por unas frecuentes lluvias torrenciales e inundaciones. Un claro ejemplo de relatos religiosos con diluvios como telón de fondo sería la tablilla XI del Poema de Gilgamesh (2000 a.C.).
Poema de Gilgamesh
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