Retrato de Carlos II de niño
Crónicas
“Nació
un robusto varón, de hermosísimas facciones, cabeza proporcionada,
pelo negro y algo abultado de carnes”, La Gaceta de Madrid
”El
Príncipe parece bastante débil; muestra signos de degeneración;
tiene flemones en las mejillas, la cabeza llena de costras y el
cuello le supura” y más adelante, ”asusta de feo”. El
Embajador de Francia
“El
rey es más bien bajo que alto, no mal formado, feo de rostro; tiene
el cuello largo, la cara larga y como encorvada hacia arriba; el
labio inferior típico de los Austria; ojos no muy grandes, de color
azul turquesa y cutis fino y delicado. El cabello es rubio y largo, y
lo lleva peinado para atrás, de modo que las orejas quedan al
descubierto. No puede enderezar su cuerpo sino cuando camina, a menos
de arrimarse a una pared, una mesa u otra cosa. Su cuerpo es tan
débil como su mente. De vez en cuando da señales de inteligencia,
de memoria y de cierta vivacidad, pero no ahora; por lo común tiene
un aspecto lento e indiferente, torpe e indolente, pareciendo
estupefacto. Se puede hacer con él lo que se desee, pues carece de
voluntad propia”, Nuncio papal
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